Creatividad es el proceso de generar ideas que son originales y valiosas. Si deseamos seriamente desarrollar nuestra creatividad el primer paso a seguir es reconocer cuan diversa e individual es la creatividad. Las personas subestiman su propia creatividad debido a que subestiman su inteligencia.

Uno de los problemas fundamentales es que las compañías intentan arreglar un problema que se origina en nuestras escuelas y universidades. Una poderosa ilustración es la crisis en la contratación de licenciados. No es que no hay suficientes licenciados –cada vez hay más y más. De hecho, en los proximos 30 años más personas estarán recibiendo educación formal y entrenamiento que desde los comienzos de la historia. Pero muchos licenciados no tienen lo que necesitan en forma urgente los negocios: no se pueden comunicar bien, no pueden trabajar en equipo y no piensan creativamente. Pero ¿por qué deberían hacerlo? Los títulos universitarios no están designados para formar gente creativa. Sino que fueron hechos para que cumplieran otras funciones, y, en general, lo hacen bien.

La razón principal a estas limitaciones es que la educación está obsesionada con las habilidades académicas. Es cierto, éstas son muy importantes. Pero existen otros tipos de inteligencia que tan sólo la habilidad académica. Si no, la mayor parte de la cultura humana con su compleja fábrica de empresas científicas, tecnológicas, artísticas, económicas y sociales nunca se hubieran erigido. La preocupación por la habilidad académica ha llevado a un incalculable desperdicio de talentos y recursos humanos. Las personas con fuertes habilidades académicas a veces fallan al descubrir sus otras fuerzas. Aquellos con menor habilidad académica tal vez posean otras poderosas habilidades intelectuales que permanecen latentes.

El hecho evidente es que la inteligencia humana es compleja y multifacética. Podemos pensar en el mundo según nuestras diversas experiencias visuales, sonoras, táctiles, de movimiento y muchas otras más. La cultura humana es rica y diversa debido a que la inteligencia humana es compleja y dinámica. Todos nosotros tenemos grandiosas capacidades naturales y todas diferentes; nuestros propios perfiles de fuerzas intelectuales en inteligencias visuales, sonoras, de movimiento, matemáticas, y demás.

La educación convencional apunta a la búsqueda de sólo cierto tipo de habilidades. Aquellos que se apegan a ella suelen ignorar sus otras habilidades: aquellos quienes no es probable que sean vistos como nada inteligentes. Algunas de las personas más exitosas que conozco fallaron en educación. No importa cuán exitosos se han vuelto, cargan con ellos la preocupación secreta de que en realidad no son tan listos como aparentan. Muchos, sólo tienen éxito una vez que han recobrado su educación. Entonces ¿qué deberían hacer las empresas para promover creatividad e innovación? Esta es una pregunta sobre la que cada uno de nosotros debe reflexionar.